Lo que es muy pesado y caliente se puede colocar en los estantes más altos. Esto se debe a que estas piezas solo se utilizarán en días muy fríos y, por lo tanto, no es necesario que estén al alcance de la mano.
Si tiene poco espacio en el armario, una sugerencia es usar envases al vacío, que además de comprimir artículos muy voluminosos, también ayuda a proteger contra la proliferación de hongos y bacterias que pueden dañarlos.
Las mantas más ligeras y las mantas deben estar en estantes más accesibles, para noches más suaves, que pueden ocurrir en cualquier época del año. Al guardarlos, es interesante ponerlos en bolsas de TNT para evitar que se ensucien o se estropeen. Al doblar estas piezas, siempre use el sentido de la longitud, lo que las hace más estrechas, lo que le permite usar mejor el ancho del estante.